Una de las debilidades marcadas de Lukas eran los pies de las personas. Bastaba con ver un pie desnudo, para que se desesperara por morderlo y lamerlo. Imagínense lo que representaba para él una bota de yeso con los dedos al aire. Muchas veces en la calle, cuando había personas con sandalias, él se acercaba a jugar con sus pies.
miércoles, 5 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Mientras no sea un gigante con pies de barro.
Publicar un comentario